13 mar 2011

Normal, ¡con esos ojos!

Nada más saludarle se da cuenta. Normal, ¡con esos ojos! Grandes, enormes, como dos planetas incrustados en su cara, que captan hasta el mínimo detalle, escanean todos los recovecos de tu cerebro. Y rápidos, rapidísimos, tanto o más que la luz. Por eso siempre lo nota todo, puede que incluso antes que yo misma. En lo que tardan mis cuerdas vocales en emitir un saludo me lanza su sentencia con inocencia, sin darse cuenta de que sale disparada como una bala de su boca, directa a mi cabeza. Entonces me mareo y me caigo. Tocado y hundido. Me pongo en pie como puedo, intentando mantener la compostura, pero es que no hay por dónde cogerlo: con una simple frase me desbarata entera. Aunque bueno, en realidad es normal, ¡con esos ojos!

2 comentarios:

  1. oh, increible. ojos de gato. seguro.

    ResponderEliminar
  2. Yo creo que tenía más bien ojos de lobo hambriento, fíjate. Pero no preguntes por qué. Sólo es un presentimiento.

    ResponderEliminar